martes, 10 de mayo de 2011


La Física

en la

Cotidianidad



Integrada a la Química, Matemática, Biología y Tecnología


                       Introducción 

Este proyecto educativo es de tipo interdisciplinario. Está dirigido a docentes de aula del Subsistema de Educación Básica (Primaria y Media), así como a estudiantes y profesores de las licenciaturas de Educación relacionados con el área. Con su ejecución, se espera lograr un cambio de actitud en educadores y educandos frente a la ocurrencia de fenómenos naturales (físicos, químicos y biológicos) de la vida diaria que por “la fuerza de la costumbre” pasan desapercibidos a la observación sistematizada de la ciencia. También, se pretende que los docentes tomen conciencia del carácter inter y transdisciplinario del conocimiento y emprendan su abordaje desde un esquema integrador. En consecuencia, se propone abordar la enseñanza de la ciencia a partir de la cotidianidad. Los fenómenos naturales que transcurren diariamente en nuestro ámbito espacio-temporal cotidiano los convierten en simples hechos comunes y de aparente simplicidad; sin embargo, en todo momento y alrededor nuestro, se producen cambios de diferente naturaleza que inciden de una u otra manera en el desenvolvimiento de nuestras vidas. Ignorarlos sólo contribuye a acentuar el desconocimiento de nuestra realidad objetiva; prestarles atención, motiva el análisis y la reflexión y nos prepara para desentrañar los “secretos” del mundo natural. Aunque lo cotidiano está sujeto al contexto sociocultural, económico, político y religioso de los individuos, existe sin embargo, un conjunto de objetos, conceptos y procesos naturales que son comunes para todo el mundo, independientemente del lugar donde se encuentren. Por supuesto, la ocurrencia cotidiana para el niño warao es muy diferente a la del niño de Curarigua, y más aún, a la del niño de un rascacielos típico de cualquier urbe norteamericana. No obstante, por ejemplo, el aire y el agua con toda la serie de procesos físicos, químicos y bioquímicos que conllevan su consumo, son cotidianos para todos los seres humanos; así como el fuego con los conceptos de energía, calor, propagación, temperatura; igualmente la gravedad con el conjunto de procesos mecánicos que la involucran; el día y la noche con los procesos astronómicos observables desde cualquier parte del planeta. Por otra parte, es indiscutible que entre los ambientes más cotidianos, se cuenta la cocina con todos sus enseres y procesos físicos, químicos, fisicoquímicos, entre otros; igualmente, el ámbito de la habitación con la parafernalia de artículos de tocador, vestidor y la cama. Además, hay que agregar las actividades lúdicas cotidianas propias de los juegos y juguetes; así como el ambiente inmediato externo al hogar y la escuela, el planeta Tierra y el Universo. A pesar de que, en nuestro diario quehacer, pasan desapercibidos la mayoría de los procesos naturales relacionados con la ciencia; en cambio, aquellos propios de la tecnología, que contribuyen al bienestar y confort ciudadano, se hacen más evidentes por estar presentes en muchos de los dispositivos tecnológicos indispensables en el hogar, la escuela, la oficina, el automóvil e incluso la calle. Este conocimiento ordinario, adquirido con nuestra experiencia cotidiana de la observación de fenómenos naturales y el uso de dispositivos tecnológicos, forma parte de lo que denominamos conocimiento previo, que todo el mundo posee en base al ejercicio espontáneo de la razón, de forma no reflexiva, es decir, precientífica. Se fundamenta en nuestra experiencia cotidiana del conocimiento que hemos adquirido de los diferentes procesos que se dan en la naturaleza y que de una u otra forma hemos experimentados en nuestro desarrollo intelectual. Pero tal conocimiento carece del razonamiento profundo que conduzca a comprender a cabalidad los diferentes procesos que intervienen en los eventos naturales. Es por lo tanto un conocimiento cognitivo superficial, incompleto y preanalítico, carente de un estudio sistemáticamente razonado. Por lo tanto, en esta etapa de la enseñanza del conocimiento científico debe entrar en juego la ciencia con toda su alforja metodológica, a fin de descifrar nuestro mundo natural colmado de múltiples y sorprendentes incógnitas. Sin embargo, a pesar de su alto grado de simplicidad, el aprendizaje de las ciencias se debe iniciar con el conocimiento previo adquirido de modo espontáneo, para luego pasar a indagar por qué, para qué, y cómo son o suceden los cambios (fenómenos) que ocurren en nuestro alrededor, en general.