El bombillo incandescente
El bombillo eléctrico incandescente ha sido uno de los inventos que más ha influido en el bienestar de la humanidad. Su historia se remonta más allá de Thomas Alva Edison. Fue Sir Humphry Davy quién inicia en 1.840 las investigaciones para generar luz pasando electricidad a través de un delgado hilo de platino, pero su rápida evaporación impedía que durara encendido algunos minutos. En 1.854 el alemán Heinrich Gobel logró que un bombillo lleno de gas inerte con filamento de hilos carbonizados de bambú, emitiera luz un poco mas de tiempo. Sin embargo, se le otorgan los créditos de su invención definitiva al norteamericano Edison, quién el 21 de octubre de 1.878 presentó uno que duró 48 horas prendido ininterrumpidamente y el 27 de enero de 1.800 le conceden la patente de invención; aunque, los británicos se los dan a Joseph Swan.
En la actualidad, el bombillo eléctrico consiste de un filamento largo (2 metros) y delgado (0.003 milímetros) de tungsteno o wolframio (metales de elevados puntos de fusión) encerrado en una ampolla de cristal que encierra un gas inerte (argón), como se puede apreciar en la figura. Al establecer una diferencia de potencial de 120 V entre los extremos del filamento metálico con la adecuada resistencia eléctrica, pasa una corriente eléctrica con la intensidad requerida para que se incremente la temperatura hasta 2.500 C, producto de la fricción de los electrones libres con la red cristalina metálica; de esta manera, los electrones mas externos de los átomos de tungstenos se ubican en niveles energéticos de mayor energía y al decaer a estados menos energéticos, emiten luz en el rango visible y en el infrarrojo, que no podemos ver. El 10% de la energía eléctrica suministrada al bombillo se transforma en luz visible y el resto se pierde en calor. Así que, su rendimiento es sumamente bajo.
La potencia del bombillo se mide por la cantidad de energía eléctrica que consume y disipa de la red de 120 V por unidad de tiempo. Su potencia se mide en Wats (W = J/s) y se fabrican de 25, 45, 60, 70 y 100 W, entre otros. Por el filamento pasa corriente alterna de frecuencia 60 Hz (ciclos/s).
Los bombillos se fabrican bajo la política de la obsolescencia programada, donde impera la cultura del comprar, votar y volver a comprar; es decir, aunque existe la tecnología para fabricarlos de alta durabilidad desde los inicios de su invención, se fabrican para 1.200 horas de duración, a fin de mantener su consumo con el subsecuente problema de cómo desechar los residuos. Como una prueba que sustenta lo anterior existe el histórico bombillo de Livermore, California, que funciona desde 1901. En la siguiente página se puede apreciar "en vivo" al bombillo funcionando: http://www.centennialbulb.org/cam.htm .
(Ver un interesante video sobre el tema de la obsolescencia programada en: http://www.youtube.com/watch?v=KKQN4z5Eol8).
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