Palabrería, frases, mitos,
mejunjes y leyendas
Tomado de "El Trompo de Madera" de Orlando B. Escalona T.
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En nuestro hogar nunca faltaron las palabras raras,
las frases aleccionadoras, las historias de fantasías con seres fantasmagóricos
del imaginario popular con las que nuestros padres nos entretenían y
controlaban. Bañarse un Viernes Santo después de las tres de la tarde era
exponerse a que la piel se recubriera de escamas de manamana; menos aún en el
cauce de los ríos, donde algunas veces nos bañábamos, porque “Se podrían
convertir en pescaos”, nos decían. Recuerdo como mi querida Madre me
protegía de una posible indigestión después de las comidas con su consejo de no
leer después de las mismas. También me insistía: “Hijo, no aguante tanto sol
porque le puede picar un tabardillo”; aunque jamás entendí su significado
cuando pequeño, atendía su solicitud diligentemente. Al igual que jipato y
chimbombo; cuando uno dormía un poco más de la cuenta, parecía que se le
hinchaba la cara y nos decía: “Levántese ya, que se va poner jipato y
chimbombo”. Al enterarse de la enfermedad de un vecino manifestaba con
jocosidad que había que tener mucho cuidado porque “Cuando la pata se
hincha, la sepultura relincha”.